El progreso de la mujer en varias esferas públicas es obvio. Hay países avanzados, sin embargo, en que la cuota femenina en la política es aún exigua.
En Estados Unidos, la Secretaria de Estado, C. Rice es mujer y la Speaker (Presidenta de la Cámara Baja ) Nancy Pelossi también, dos cargos relevantes, pero el hecho es que de los 100 senadores sólo 14 son señoras.Vemos ahora que las hembras empiezan a escalar posiciones en la economía. En Francia, la ministra de Finanzas es fémina y en Islandia se encarga a dos mujeres que pongan orden en la hecatombe económica que sufre ese país.
Hay, con todo, curiosamente dos sectores en los que el rezagamiento femenino sigue siendo aún patente en todo el mundo. Los deportistas de elite y el cine. Hace unos pocos años la revista Sports Illustrated publicaba la lista de los 50 deportistas mejor pagados de Estados Unidos. Llamaba la atención que entre los 50 no hubiese ningún futbolista, de lo que nosotros llamamos fútbol.
Si se hiciera la lista hoy los redactores incluirían a Beckham que gana más que la totalidad de sus compañeros de plantilla. La relación la encabezaba Tiger Woods, hoy sigue económicamente en la cumbre, seguido de Agassi, Shaquille O Neal, el boxeador Oscar de la Hoya, que cobrará un montón de millones por volver, el futbolista (fútbol americano) Michael Vick y una relación en la que predominaban abrumadoramente las estrellas de beisbol y del fútbol americano y en la que se colocaban algunos baloncestistas (Lebron James era el 8º, Bryant el 15º, Vicent Carter el 21 ) y algún golfista.
Lance Amstrong, que también vuelve ahora a la bicicleta, era el 28º.La segunda nota chocante era la casi total ausencia de mujeres. Dos de cincuenta. Serena Williams, puesto 17 y Jermaine O Neal, 44. La escasa presencia de mujeres también resultaba llamativa a nivel mundial. Entre los 20 deportistas con más ingresos del planeta en esa fecha, la revista, que insertaba a tres jugadores del Madrid galáctico, Beckham, Ronaldo y Zidane, sólo incluía a una mujer, Maria Sharapova. Deduzcamos lo obvio: una mujer para hacerse rica con el deporte lo tiene crudo a no ser que se dedique al tenis.
Es decir que si su hija sobresale en tenis, baloncesto y gimnasia no vacile: llévela a clases de tenis. Las cifras actuales son asimismo significativas incluso en lo que ingresan las deportistas que están en la cumbre. El tenis, repito, desde hace años es excepción, se ha vuelto igualitario. Los grandes torneos, el último que se plegó fue Wimbledon, pagan ya las mismas cantidades a los dos sexos, 1.170.000 dólares.
También los maratones famosos, Nueva York y Boston recompensan igual, 130.000 dólares. En los demás la diferencia es palmaria, el British y el PGA americano de golf abonan a las féminas la cuarta parte o la mitad de los 1.300.000 dólares que perciben los hombres. En baloncesto, la brecha es abismal: el salario medio masculino en Estados Unidos es de 5 millones, el femenino 50.000.
En Europa, en éstos y otros deportes la disparidad entre lo dos sexos debe ser también monumental.En el cine, el predominio masculino es abrumador. La Academia de Hollywood tiene unos 370 directores inscritos. Sólo unos 12 son mujeres. Y en el terreno en el que hay una mayor paridad numérica, en el de actores, por mucho que se hable del glamour y del tirón femenino, se produce un hecho cruel que definía muy bien la actriz Joan Blondell: «en esta industria si tienes más de cuarenta años eres una vieja».
Es un hecho cierto, las actrices que rebasan en Hollywodd los 40 ó 45 años tienen considerables dificultades para encontrar trabajo. Meryl Streep sería la excepción. Con los hombres no ocurre igual. Como decía Lilian Gish: «Cuando debuté en el cine, L. Barrymore hizo de abuelo mío. Luego, en otra peli, hizo de padre y años más tarde en otra era mi marido. Si no se hubiese muerto habría interpretado a mi hijo. Los hombres rejuvenecen aquí y las mujeres envejecen». Cierto
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Fuente: http://www.laverdad.es/
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