Beck, que murió en su casa a orillas del lago de Constanza (fronterizo entre Suiza, Alemania y Austria), es considerado el padre de los muñecos, lanzados al mercado en el Salón del Juguete de 1974 y de los que se han vendido 2.200 millones de ejemplares.
Nacido en el estado alemán de Turingia, se formó en Zirndorf como carpintero, aunque se especializó en la producción de juguetes, principalmente automóviles y aviones. En 1958 empezó a trabajar en la empresa Geobra, centrándose inicialmente en maquetas de aviones, maquinaria y vehículos industriales.
Más de una década después, la empresa lo destinó al departamento de juguetería, con el encargo de desarrollar una nueva gama de productos para niños, de automóviles a modelos humanos.
Fácil manejo
En 1974 creó su primera figurita, que medía 7,5 centímetros, era fácilmente manejable por una mano infantil y movía brazos y piernas. De ahí surgió la idea de convertir ese prototipo en una criatura dotada para la absoluta versatilidad, de adaptarse a cualquier situación y profesión.
Aunque inicialmente sus modelos se concibieron para niños de hasta cuatro años, desde entonces los Playmobil han dejado de ser un producto exclusivamente infantil, en el sentido literal de la palabra, para fascinar a coleccionistas adultos de todo el planeta.
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