Vh1, el canal de la Cultura Pop ochentera puso fin al show cómico audiovisual, ¡Viva Hollywood!, el cual resultaba muy divertido porque buscaban una estrella de televisión entre los perores actores del mundo.
En ¡Viva Hollywood!, participaron actores principiantes bastante malitos y presuntamente bilingües, los cuales aspiraban a ser estrellas de telenovelas en el mercado norteamericano.
A este show lo hizo bizarro la cómica conducción de la actriz y cantante venezolana María Conchita Alonso el cantante y actor cubano Carlos Ponce, además, la participación especial del reconocido astrólogo de peinado de salón, Walter Mercado, animando a los novatitos.
¡Viva Hollywood! tenía cosas muy denigrantes, pero por otro lado había cosas que nos hacían la noche y es que es el primer reality show donde los que perdían no sólo eran eliminados, también se "morían" con su descalificación, ya que cada semana los competidores se veían en una escena de muerte de telenovela para ver si sobrevivían en el intento de quedarse en la lucha.
Después de que los concursantes finalistas dominaron los "7 Pecados Mortales de las Telenovelas" en la "Casa De Locos", todo quedó entre Berto y Jenn.
El momento final llegó y todo se resumió en nada, porque el desenlace siguió sin mostrar a un verdadero actor y sí a un par de finalistas que parecían verduleras o gatas peleando (sin ofender a los verduleros ni a las gatas) demostrando su poco o nulo talento, es decir, este reality sirvió para descubrir a un "Don sin talento"
El ganador fue Berto, un macho físicamente bien formado, atractivo y atrevido porque durante el show demostró que no le tenía miedo al escenario interpretando papeles de homosexual sin ningún pudor, en fin, el talento no se compra ni se obtiene en un reality show.
Este muchachón se hizo acreedor de un contrato con una importante cadena televisiva y un papel en una de sus próximas telenovelas, además la representación de su carrera por una importante compañía de entretenimiento, y un año de renta de un condominio lujoso en South Beach en Miami, además de $100,000.00 dólares en efectivo, ¿será que se lo merecía?
En ¡Viva Hollywood!, participaron actores principiantes bastante malitos y presuntamente bilingües, los cuales aspiraban a ser estrellas de telenovelas en el mercado norteamericano.
A este show lo hizo bizarro la cómica conducción de la actriz y cantante venezolana María Conchita Alonso el cantante y actor cubano Carlos Ponce, además, la participación especial del reconocido astrólogo de peinado de salón, Walter Mercado, animando a los novatitos.
¡Viva Hollywood! tenía cosas muy denigrantes, pero por otro lado había cosas que nos hacían la noche y es que es el primer reality show donde los que perdían no sólo eran eliminados, también se "morían" con su descalificación, ya que cada semana los competidores se veían en una escena de muerte de telenovela para ver si sobrevivían en el intento de quedarse en la lucha.
Después de que los concursantes finalistas dominaron los "7 Pecados Mortales de las Telenovelas" en la "Casa De Locos", todo quedó entre Berto y Jenn.
El momento final llegó y todo se resumió en nada, porque el desenlace siguió sin mostrar a un verdadero actor y sí a un par de finalistas que parecían verduleras o gatas peleando (sin ofender a los verduleros ni a las gatas) demostrando su poco o nulo talento, es decir, este reality sirvió para descubrir a un "Don sin talento"
El ganador fue Berto, un macho físicamente bien formado, atractivo y atrevido porque durante el show demostró que no le tenía miedo al escenario interpretando papeles de homosexual sin ningún pudor, en fin, el talento no se compra ni se obtiene en un reality show.
Este muchachón se hizo acreedor de un contrato con una importante cadena televisiva y un papel en una de sus próximas telenovelas, además la representación de su carrera por una importante compañía de entretenimiento, y un año de renta de un condominio lujoso en South Beach en Miami, además de $100,000.00 dólares en efectivo, ¿será que se lo merecía?
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