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miércoles, 21 de enero de 2009

Emoción latina por Obama


Los Ángeles, (dpa) - Estados Unidos se adosó hoy a la televisión para ver la apertura de una nueva época con la toma de posesión de Barack Obama como presidente: la "esperanza" fue el común denominador de la mayoría, también de los aproximadamente 45 millones de hispanos que viven en el país.

Así ocurrió en North Hollywood, donde la comunidad latina celebró la investidura del primer presidente negro en la historia de Estados Unidos en medio de un desayuno con líderes comunitarios, funcionarios públicos y gente de a pie.

Latinos, en su mayoría mexicanos de segunda generación, acudieron al bar deportivo "Big Wangs", de la calle Lankershim, para vivir lo que muchos denominaron un momento histórico.

"Tenemos muchas esperanzas en que los jóvenes -asiáticos, hispanos, afroamericanos- de este poderoso país, de ahora en adelante ya no tengan dudas de que se puede conseguir lo que uno se propone", aseguró el concejal Toni Cardenas.

Los comensales disfrutaban del típico desayuno de hotel, compuesto de huevos, tortitas y tocino, sin despegar los ojos de las más de 20 pantallas gigantes que colgaban del recinto.

Con su café en la mano, el concejal Cardenas explica que lo que hace a un país no es su geografía, sino la habilidad de sus gentes. "Todos, jardineros, campesinos y empresarios tenemos que hacer sacrificios para mejorar la situación actual de nuestra familia y del país", destacó.

Al lado del buffet desfilaba Eduard Bero, que no quiso que sus hijos se perdieran este momento y los sacó temprano de la cama a regañadientes.

Para el puertorriqueño, lo esencial es que Obama es un símbolo de inspiración para todos. "Incluso si no hace nada, que seguro que lo va hacer, su inspiración es suficiente. Obama brinda esperanzas verdaderas. Está haciendo que este país vuelva a ser especial", señaló.

En una mesa del centro del recinto está Luz Elena Tafolla, de origen mexicano, que al lado de su esposo estadounidense se muestra orgullosa y emocionada frente a las imágenes que llegan desde Washington.

A la hora del himno nacional saltan lágrimas de sus ojos y se lanza la mano al pecho, igual que la mayoría del bar. Para Tafolla lo más importante es que el nuevo presidente haga de Estados Unidos un país amigable. "Que no haya más guerras", suplica.

Entre aplausos y silbidos, el mexicano Marcos Castañeda transmite la investidura desde su teléfono a algún familiar distante. "Obama es el ejemplo de trabajo duro y educación. Es la única manera de nivelar a las comunidades marginales", señala.

De repente aparece Obama de forma repetida en todas las pantallas y el ambiente se calienta aún más, para después dejar paso a un silencio y a miradas atentas con aire de satisfacción. Son las 9:00 de la mañana en North Hollywood, mediodía en Washington (17:00 GMT). Es la hora del juramento.

En Washington Obama levanta la mano y con la mano en la biblia pronuncia las 35 palabras que lo convierten en presidente. En North Hollywood, el "Big Wangs" explota como si el equipo local hubiera marcado el gol del triunfo.

El establecimiento que se encuentra con las puertas abiertas y a medio llenar, invita a los transeúntes a pasar. Tres afroamericanos entran y no logran desprender sus ojos de la pantalla.

Entre ellos está Bishop Moore, de 34 años, que decide tomar asiento y sentirse como si estuviese en casa. Entre sus trenzas estilo rasta y sus modernas gafas de sol se esconde una mirada de plenitud. Aplaude cada vez que puede, pero le cuesta trabajo permanecer quieto.

"Esto es una fantasía. No es real, no me lo creo todavía. Obama cree en un cambio, en unos nuevos Estados Unidos. Los mejores momentos están por venir", afirma el joven cineasta que pasaba frente al bar en un descanso de trabajo y decidió que era su obligación formar parte de la multitud.

Detrás de Moore entró Robin Williams, otro afroamericano con aspecto bohemio. Después asegura que es un rapero "famoso o por lo menos a punto de serlo", ya que planea presentar pronto su paquete musical a una discográfica.

"Finalmente me siento libre. Me siento igual que una persona millonaria. Ahora la mayoría de la gente rica tratará de llegar a otras razas, los mexicanos, los afromericanos...", señala el joven de 21 años, que confiesa que nunca pensó que vería a un presidente negro en el poder. Eso era casi un sueño, pero ahora es realidad.

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