Parecen finales felices... de momento.Vistos los escándalos y serios problemas de salud en los que se ha visto envuelta la cantante británica Amy Winehouse en los últimos dos años, fueron muchos quienes le auguraron un triste y temprano final a esta chica, poseedora de uno de los chorros de voz más prodigiosos que se han escuchado en los últimos tiempos y que le ha reportado varios premios Grammy.
Sin embargo, con su marido Blake Fielder-Civil -que se quiere separar de ella- aún entre rejas, Winehouse parece estar imprimiendo un giro a su vida. La vocalista ha cambiado los pubes británicos y los delirios etílicos por la más saludable luz del sol caribeño, en concreto la elitista isla de Santa Lucía, donde ha sido vista de vacaciones y en buena compañía.
Por primera vez aparece habiendo ganado algunos kilos y haciendo deporte en la playa. También se la ve recibiendo clases de trapecismo y paseando entre risas con el ex jugador de rugby, y ahora actor, Joshua Bowman.
El joven, con una apariencia sana y a años luz del problemático marido de la artista declaró a la prensa británica que Winehouse es "una chica encantadora, muy divertida y en buena forma,", puntualizando, eso sí, que sólo son "buenos amigos".
Mientras, el representante británico de la autora de Rehab, Chris Goodman, ha manifestado que Amy "lleva un tiempo esforzándose por comer mejor y ponerse en forma, y ya empieza a notarse".
El final del túnel de Britney
Un esfuerzo similar por seguir una dieta equilibrada y retomar el ejercicio es el que ha hecho en los últimos meses la estadounidense Britney Spears.
La rubia sureña ha resurgido de sus cenizas tras dos años definidos por ella misma como "infernales": se divorció del bailarín Kevin Federline, se rapó la cabellera, perdió la custodia de sus dos pequeños, también su envidiada figura, fue ingresada en observación psiquiátrica, e incluso le fue retirada la potestad sobre sus bienes, que pasó a tutelar su padre.
Pero aún con todo, Britney encabeza por segundo año consecutivo la lista anual de celebridades del periódico USA Today, elaborada en función de la cantidad de cobertura mediática que obtiene cada personaje famoso. Superó a la recién divorciada Madonna, a los gemelos Pitt-Jolie y al primer presidente afroamericano de los Estados Unidos, Barack Obama.
El pasado 2 de diciembre, Spears lanzó un nuevo disco, Circus, que entró directo a los primeros puestos de ventas, y poco después logró por primera vez en su carrera llevarse a casa tres premios de la MTV, entre ellos el ansiado galardón al vídeo musical del año.
Este último año de recuperación, en el que la artista ha manenido un perfil bajo y hogareño, limitando sus apariciones públicas al plano profesional, se ha visto recompensado por un aumento del tiempo que se le autoriza a pasar con sus hijos y que incluye algunas noches en su casa.
Además, Britney se ha reconciliado con su madre, con la que mantuvo un crudo enfrentamiento en su etapa más alocada, y ha brindado su apoyo a su hermana Jamie Spears, quien en 2008 fue madre adolescente.
Otros hitos del año Spears fueron sus clases infantiles como profesora voluntaria de danza, su colaboración en la más reciente gira de Madonna y su aparición estelar en la serie de televisión ‘How I met your mother' (Cómo conocí a tu madre), que disparó los índices de audiencia.
Ahora, la cantante comienza el año mudándose a un nuevo hogar lejos de los focos de los paparazzi, ya que su ubicación se mantiene en secreto. "La nueva casa les encanta a los niños", ha dicho Britney.
La hija de Lionel Richie se repone
Otra celebridad problemática a la que la maternidad parece haber devuelto la cordura es Nicole Richie, la hija adoptiva del cantante Lionel Richie y ahijada de Michael Jackson.
Sin oficio conocido, la joven saltó a las portadas por su amistad y sonadas francachelas con la rica heredera Paris Hilton, su extrema delgadez y su detención cuando conducía bajo los efectos del alcohol y las drogas.
Tras pasar por centros de rehabilitación y ser detenida de nuevo por conducir ¡en dirección contraria!, Richie sentó la cabeza junto al tatuadísimo rockero Joel Madden, quien estuvo a su lado cuando, en 2007, Richie enfrentó una condena de cárcel por sus desmanes al volante.
Un año y medio después, todo es felicidad familiar para la pareja, que acaba de celebrar el primer cumpleaños de su hija, Harlow Winter Kate. "No recuerdo cómo era la vida antes de ella. Le ha dado a mi vida un significado y un propósito completamente nuevo", dice ahora Richie.
Aunque sigue delgada, ha cambiado los cócteles por batidos e infusiones, y las fiestas por paseos matutinos empujando el carrito de su pequeña.
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