Desvirgar a Natalie Dylan vale 3,8 millones de dólares

Eso es lo que, según ella, está dispuesto a pagar un empresario australiano de 39 años cuyo nombre no ha sido hecho público. Su oferta es la mayor de las más de 10.000 que Natalie afirma haber recibido desde que abrió la puja el 9 de septiembre en el programa de Howard Stern, el rey de la porno radio en Estados Unidos. Todos ellos, hombres. «No he recibido ninguna oferta firme de ninguna mujer», explica la chica a Crónica, en una conversación telefónica desde su casa en San Diego, California.

Natalie está desbordada por las solicitudes. Tanto, que todavía no ha decidido cuándo va a dejar que el australiano -u otro- la penetre, previo pago de la cifra convenida, porque «hay que entregar primero un depósito, para que se acepte la oferta, y luego pagar por adelantado». Además, la subasta del himen le puede aportar otras fuentes de ingresos. La joven, que tiene 22 años, está en contacto con el agente literario neoyorquino David Block para escribir un libro sobre su experiencia y con varias revistas que quieren que se desnude en sus páginas.

También afirma que ha sido sondeada por productores cinematográficos para llevar su peripecia al cine, aunque, en realidad, una historia parecida ya fue contada hace 31 años por el director de cine francés Louis Malle en Pretty baby («Chica bonita»), un filme que provocó un tremendo escándalo porque en él salía desnuda la actriz Brooke Shields, que entonces tenía 12 años de edad.

No es fácil saber por qué Dylan ha decidido subastar su himen.El 23 de enero, en la web The Daily Beast, dirigida por Tina Brown (ex máxima responsable de, entre otras, The New Yorker y Vanity Fair), explicaba que la razón era «un experimento sociológico».Es una explicación sofisticada, pero poco original. Porque el 23 de abril de 2000, en el primer programa de la saga de Gran Hermano en España, Mercedes Milá también calificó de igual modo el programa que iba a convertirse en un hito de la telebasura.

En todo caso, seis días después Natalie daba un argumento más prosaico a Crónica: «Lo hago sobre todo para obtener un beneficio económico». Natalie Dylan-aunque ése no es su verdadero nombre-planea usar el dinero para «comprar una casa, y tal vez también algún local comercial, y pagarme un máster».

En realidad, Natalie sólo se quedará con algo menos de 1,5 millones de euros (si el australiano gana). El resto se lo llevará el Rancho de los Conejitos a la Luz de la Luna, el burdel de Nevada en el que tendrá efecto la ceremonia del desvirgamiento. Porque lo que hace Natalie es prostitución. Y en EEUU sólo hay un Estado en el que esa actividad es legal: Nevada.

Para los Dylan, el Rancho es un lugar habitual en el que iniciar la carrera profesional después de la universidad. La hermana de Natalie, Avia, también financió sus estudios de posgrado trabajando unas semanas en el reputado establecimiento. Aunque no parece que la madre de ambas esté extremadamente satisfecha con esas tendencias de sus hijas.

LA MADRE AL CORRIENTE

«Mi madre es una maestra de Primaria. Yo le expliqué mi decisión como lo que soy, es decir, una mujer de 22 años, no como una niña de 16. A ella le quedaban dos opciones: rechazarme como hija o aceptarlo. Ella me quiere. Y ha optado por lo segundo», explica la joven, que no quiere ni hablar de su padre: «El no tiene nada que decir en esto».

La dura actitud de Natalie hacia su padre es un reflejo de cómo reacciona la joven cada vez que se cuestiona su decisión. En The Daily Beast, por ejemplo, justificaba la subasta de su himen sobre una base ideológica feminista: «Como muchas chicas jóvenes, yo había sido educada para creer que la virginidad es un don sagrado que debía guardar para el hombre adecuado. Pero la universidad me mostró que ese concepto es sólo una herramienta para mantener el statu quo». Nada mejor que quebrar ese statu quo a cambio de 2,87 millones de euros y una inyección de publicidad que puede hacer que las rentas de la subasta duren años.

Aunque, paradójicamente, Natalie rechaza su carácter de celebridad.Después de haber anunciado su subasta en, por ejemplo, el exitoso programa de televisión de la ex modelo Tyra Banks, ahora declara que «la actitud de los medios de comunicación es tonta. En vez de poner glamour en mi historia, deberían fijarse en problemas como el la prostitución forzada de mujeres y niños». Con semejante diatriba, cabría pensar que Natalie va a dedicar el dinero que gane a, por ejemplo, combatir esas redes de prostitución o ayudar a sus víctimas.

Pero no. «Quiero trabajar con niños que han sido convertidos en esclavos sexuales, porque es una cuestión muy importante y vinculada a mí. No quiero que el público ignore el lado miserable y trágico de la prostitución sólo por el sensacionalismo de los medios de comunicación», explica. En otras palabras: está dispuesta a ayudar, siempre que no le cueste dinero. Porque, para Natalie Dylan, el dinero es sagrado. Igual que antes lo era la virginidad.

EN ESPAÑA SE PIERDE A LOS 17

10.000 HOMBRES HAN PUJADO POR ELLA. Y ninguna mujer. Subastar su virgo es la forma más rápida que ha encontrado Natalie Dylan, 22 años, para pagarse sus caprichos. Le viene de familia. Su hermana ya trabajó como prostituta para financiar sus estudios de posgrado.

CADA VEZ ANTES. En Estados Unidos, las mujeres mantienen relaciones sexuales con penetración por primera vez -lo que equivale al tradicional perder la virginidad-a los 17 años de promedio. Es, exactamente, la misma edad a la que los jóvenes se inician en España. En EEUU, cada año, el 5% de las adolescentes de entre 15 y 19 años se quedan embarazadas. En España esa cifra es del 2,12%. Sin embargo, ambos países muestran una tendencia opuesta.

En EEUU, a lo largo de la última década y media, la edad media de iniciación sexual ha envejecido en casi un año, mientras que en España se ha rebajado en dos. En ese periodo de tiempo, el porcentaje de de adolescentes embarazadas ha caído un 37% al otro lado del Atlántico, mientras que en España ha aumentado casi un 70%. Lo que no ha llegado aquí es la reivindicación de la virginidad como moda. En Estados Unidos se organizan clubs con miembros y páginas donde se insta a los jóvenes a mantenerse castos. Eso sí, los militantes virginales sólo se desfloran 18 meses después que el común de los jóvenes.