"Me compré una playa en Jamaica. Estoy feliz. Fue la mejor compra que hice estando borracha." Suena muy rock and roll, pero la boca que emitió este comentario en un programa de radio británico pertenece a Lily Allen, estrella del pop adolescente.
Con sus 23 años, Allen ya es una figurita repetida en los tabloides, que no se cansan de publicar este tipo de declaraciones y mostrarle al mundo fotos en las que se ve a la cantante bajo el efecto del alcohol y las drogas. Desde que saltó a la fama, en 2006, con su primer disco, All Right, Still pudimos ver en Internet un video de Allen pegándole a una chica a la salida de un boliche en Londres y leer que se siente "gorda, fea y más hecha mierda que Amy Winehouse", entre muchas, muchas otras cosas.
"No tiene nada de malo ser famosa. Mi vida es muy buena. Salir de gira es fantástico porque viajás y conocés gente nueva. Hacer shows frente al público es lo mejor", dice la cantante, demostrando cierto desgano y cansancio, en una entrevista telefónica con La Nacion, realizada con motivo del lanzamiento de su nuevo disco, It´s Not Me, It´s You . Resulta extraño escuchar esto de parte de alguien que hace poco le dijo a The Independent que el acoso de los paparazzi la hace sentir "como un animal enjaulado". Sin embargo, en esta entrevista, aparentemente abandonada por sus habituales ganas de expresarse sin condicionamientos, simplemente insiste en que lo que publican los tabloides no le importa nada.
A pesar de lo que diga, una de las últimas noticias que se conocieron de la cantante es que ganó una batalla legal para mantener a raya a los paparazzi que la persiguen día y noche. Aunque se niegue a hablar del tema, citando "cuestiones legales", los medios ingleses informaron que la cantante los demandó después de sufrir un accidente automovilístico producido, según ella, por la persecución de un grupo de fotógrafos.
El peor momento de acoso de la prensa que le tocó vivir a Allen fue cuando perdió su embarazo, fruto de su relación con Ed Simmons, de Chemical Brothers. La cantante expresó en distintos medios lo complicado que le resultó manejar sus propios sentimientos ante el incesante escrutinio mediático.
MiedoEl nuevo disco de Allen, que fue muy bien recibido en Gran Bretaña (y ya fue editado en nuestro país) presenta una aproximación a nuevos sonidos y letras llamativas, como las de "The Fear", uno de los temas más impactantes del álbum. "Es una canción sobre lo que está pasando en el mundo y de cómo la gente está obsesionada con el culto a los famosos, su aspecto y el dinero, y pierde de vista las cosas importantes de la vida", cuenta la cantante. Para escribir ésta y otras canciones, dice Allen, se inspira en sus propias experiencias: "Lo que me pasa, lo que veo en TV, lo que leo en los diarios y mis relaciones con la gente".
Sus vivencias parecen dar mucha tela para cortar, y por eso los rumores sobre la cantante invaden los tabloides y el ciberespacio. Su imagen pública es la de una chica difícil, capaz de decir cualquier cosa. Ella misma declara públicamente su gusto por los excesos. Hace poco declaró a la revista NME cómo se dedicó a la venta de drogas en su adolescencia: "Fui dealer en Ibiza cuando tenía 15 años. No me iba muy bien. Regla de oro de la venta de drogas: no te entusiasmes demasiado con tu mercadería".
El hecho de ser popular entre el público adolescente, no detiene a Allen en sus declaraciones. "No siento que deba ser un modelo para mis fans . Creo que los padres tienen que ser los modelos para sus hijos y no los famosos", expresa. Y sus fans parecen quererla tal como se muestra.
Uno de los grandes aciertos de Allen es haber establecido una relación directa con su público de la generación 2.0, a través de My Space, Twitter y Facebook. "My Space es la versión siglo XXI de la disquería. La gente tiene la oportunidad de escuchar tu música", dice la cantante, quien ahora agregó en su sitio web un juego en línea, llamado Escape The Fear . En él, los jugadores deben hacer que Lily supere obstáculos, tales como paparazzi , banqueros diabólicos, etc. Pero en la vida real, Allen deberá enfrentar estas cuestiones sola. Para el futuro, sus únicos planes son trabajar mucho, seguir de gira y buscar nuevos horizontes musicales. Habrá que esperar para ver si en ese futuro lo único que escucharemos de Lily Allen será su música.
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